Grupa osób uczestnicząca w projekcie Burnout Lab na plaży.

Aprendí como ayudar a los demás y luchar con un enemigo tan potente que es el burnout laboral…

Gracias a este proyecto aprendí como ayudar a los demás y luchar con un enemigo tan potente que es el burnout laboral. Para mí, fue una lección muy enriquecedora, considerando lo difícil que fue el tema y lo poco que se lo discuta. Logré conocer a mucha gente espléndida con que seguramente estaré en contacto en el futuro. Al principio fue muy difícil sobreponerme y animarme a hablar el inglés, pero perdí esa barrera lingüística muy rápido. Agradezco mucho la posibilidad de participar en el proyecto que, en ciertos aspectos, me dio la oportunidad para desarrollar a mí misma y ganar las habilidades útiles.

Los viajes internacionales dan la estupenda posibilidad de conocer a la gente de todo el mundo. Es una oportunidad de aprender nuevas habilidades que puedan resultar prácticas en la vida. ¡Si tienes esa posibilidad, no pienses mucho y aplica para participar en los proyectos!

Aleksandra, 19 años, intercambio de jóvenes en Suecia en el marco del proyecto – «BurnOut Lab»

Ver también: Más sobre el proyecto BurnOut Lab

Los participantes estaban muy abiertos y listos para intercambiar sus experiencias muy íntimas y difíciles con el grupo…

Tengo muy buenos recuerdos del intercambio en Suecia. Visitar un país escandinavo estuvo en mi lista de deseos desde hace tiempo y agradezco mucho que pude cumplir este sueño gracias al intercambio en el marco de Erasmus+.

No obstante, eso no fue mi primera vez que viajé con Erasmus+, pero el intercambio en Suecia fue seguramente el viaje más especial. De otro lado, hay que decir que cada proyecto es especial a su propia manera, gracias a los organizadores y participantes que lo hacen inolvidable.

Los chicos del intercambio en Suecia me hechizaron completamente. Estaban muy abiertos y listos para intercambiar sus experiencias muy íntimas y difíciles con el grupo. ¡Y nos conocimos literalmente hace unos días! Además, el sitio donde tuvo lugar el proyecto fue ubicado al lago, que pudimos admirar de una sala de taller, también fue maravilloso.

En cuanto a la cocina, el «kanelbullar» que es un rollo de canela de Suecia, fue lo que recuerdo mejor. Aunque el cocinero las achicharró una vez, los rollos siguen siendo mi mejor descubrimiento de toda mi estadía en Suecia, justo después de la riquísima mantequilla de cacahuete que tuvimos en la velada cultural turca. 🙂

¡Estoy agradecida a la organización Wellbeing Lab y Level Up por posibilitarme participar en ese intercambio!

¡Sin duda os recomiendo los viajes así! Aunque pienses que el lugar del proyecto no es lo tuyo, aplica sin vacilar. Es la gente que participa en el proyecto que lo hace una experiencia maravillosa. Conocer nuevas culturas, cocinas y realidades de vivir en otros países es, de verdad, una experiencia valiosa e inolvidable..

Si estáis interesados en el tema del próximo intercambio y tenéis tiempo libre para participar en eso, os lo recomiendo muchísimo.

Julia, 22 años, intercambio de jóvenes en Suecia en el marco del proyecto – «BurnOut Lab»

 

Szwedzkie cynamonki

Volví de Suecia con la paz interior y nueva energía para trabajar…

Primero, agradezco mucho que pude tomar parte en el viaje. Arrepiento no saber sobre el programa antes.

Volví de Suecia con la paz interior y nueva energía para trabajar. Por lo que sabía de que se trata el burnout, no pude ni imaginar que tantas personas lo sufren, especialmente los jóvenes (la mayoría de los participantes tenía unos 22 años).

Conocí a más que 50 personas encantadoras, entre quienes hubo muchos introvertidos reservados y extravertidos energéticos. Inevitablemente, no tuvimos suficiente tiempo para conocernos más profundamente; sin embargo, cada uno era muy benévolo y simpático. Era muy guay estar alrededor de los personajes tan apasionados de Turquía, Italia o Grecia. Las organizadoras y nuestras tutoras también eran maravillosas.

Aunque viajo mucho y cada vez que lo hago procuro visitar un país desconocido para mí, Suecia nunca era en la lista de mis destinaciones preferidas. No creía que hubiera cualquier cosa que pudiera admirar. ¡Y aquí estás! Soy más afín a la naturaleza que a la ciudad y por eso Suecia me robó el corazón. Incluso Gotemburgo, una ciudad bastante grande, es bien desarrollado y arreglado – basta unos 10 minutos después de entrar el jardín botánico y ya estás en un lugar con vista panorámica que parece como si estuvieras en el medio de las montañas.

La cocina fue deliciosa, fue solo una vez que unos 98% del grupo no quiso tomar la cena 😀 Los rollos de canela que tomamos para el desayuno fueron exquisitos. Los cocineros eran muy simpáticos. Una cosa que discutimos con los organizadores fue la cuestión de poca cantidad de la comida que nos faltaba. Los organizadores hicieron muy buen trabajo.

No me recuerdo haber encontrado algunas barreras.

Tal como di en el inicio, agradezco mucho el viaje. Es muy difícil diseccionarlo porque todo alrededor (el lugar, la gente, las actividades y el tiempo) hizo que la experiencia fue maravillosa.

En cuanto a una situación graciosa que pasó durante el proyecto… El segundo día tuvimos los talleres durante los cuales tuvimos que ponernos en fila, empezando con el más joven al más viejo, sin decir ni pío. Yo estuve una sexta de los más viejos. Luego, casi cada persona vino a mí, me dijo que no creía que fuera tan «vieja» y me pido que le mostrara el DNI. 😀

LEVEL UP me apoyaba mucho también. Klaudia era siempre al nuestro lado para darnos una mano. Desde el principio respondía mis preguntas complicadas y cuando la informé sobre un problema con facilitar nuestros datos, en seguida intervino. <3

¡Sin duda os recomiendo los viajes así! ¡Es lo mejor que podéis hacer! Desde cuando volví, he seguido los grupos de los programas para los jóvenes con atención para encontrar a una oferta justa. Quiero convencer a mi novio y a todos mis amigos que para que participen también, pero no es tan fácil porque ahora, es el tiempo justo para casarse y tener hijos.

Karolina, 29 años, intercambio de jóvenes en Suecia en el marco del proyecto – «BurnOut Lab»

Kobieta robiąca pozę jogową.

Los participantes eran muy abiertos a conocer nuevas culturas y costumbres…

Durante el proyecto pude colaborar con el grupo internacional. Conocí unas de las técnicas de meditación y de mindfulness. Los participantes eran muy abiertos a conocer nuevas culturas y costumbres… Nos sentimos cómodos para intercambiar nuestras experiencias privadas. El tiempo nos sorprendió porque la temperatura de 13 grados en Suecia no es lo mismo que la de Polonia, más pronto parece unos 3 grados. Los platos nos prepararon considerando varias cuestiones especiales como convencimientos, fe, estilo de la vida o intolerancias digestivas. Eso fue muy conveniente para todos. Comunicarnos en inglés resultó ser práctico e interesante porque cada participante hablaba usando su acento distinto así que a veces su habla sonaba como un idioma completamente diferente. Antes del intercambio organizaron solo un encuentro online por Zoom para aclarar los detalles sobre el viaje y nuestras obligaciones.

Recomiendo los viajes de Erasmus+ especialmente para los jóvenes que tienen oportunidad para participar en un programa similar y no tienen obligaciones como el trabajo y todavía no es necesario estar de baja. Es una experiencia estupenda que no se puede comprobar con nada que puedes hacer en tu país..

Kasia, 22 años, intercambio de jóvenes en Suecia en el marco del proyecto – «BurnOut Lab»

Las charlas en grupos pequeños cuando sinceramente hablábamos sobre nuestras emociones y experiencias fue lo que me conmovió más…

El intercambio trataba del burnout y mindfulness – aprendí mucho sobre ellos y me enamoré de meditación de nuevo <3. Gracias a varias técnicas mostradas por los organizadores me di cuenta de lo que me gusta más y de lo que no me apetece nada por nada, puse algunas de ellas en práctica :). Las charlas en grupos pequeños cuando sinceramente hablábamos sobre nuestras emociones y experiencias fue lo que me conmovió más. Conocí a mucha gente maravillosa. A muchas personas les trato como familia – estamos en contacto todo el tiempo y queremos encontrarnos pronto en lo posible. Gracias a su presencia, aprendí mucho sobre mí misma.

Me sorprendió que me sintiera tan bien en Suecia – hasta ahora me he sentido incómoda al estar en el extranjero, pero en Suecia me sentía como en mi casa.

Fue muy interesante ver las afueras de la ciudad porque es verdad que parecen a las de las películas o fotos – hay muchas bonitas casas rosas con las contraventanas blancas. Esto se sentía como un cuento de hadas. Todos fueron muy amables y simpáticos, como por ejemplo los baristas en las cafeterías. Eran muy indulgente con nosotros, cuando no entendía algo me lo explicaban con paciencia.

Si se trata de la comida – al principio tenía hambre pero luego los organizadores indicaron que las raciones eran demasiado pequeñas y el problema se resolvió. Los cocineros eran muy simpáticos y no hubo ningún problema con «robar» una manzana de la cocina. Los organizadores ayudaron con crear la atmósfera muy buena aunque fueron los participantes que fueron obligados a hacerlo. Los facilitadores implantaron ciertas reglas (p. ej. Bora-Bora) que lo facilitaron. También me gustó que no hubo ningún alcohol durante el viaje.

El apoyo por la parte de LEVEL UP fue muy profesional.

Siempre cuando hubo un problema o confusión, Klaudia nos indicaba qué, dónde y cómo deberíamos solucionarlo. Lo único que no me gustó fue el facto que cada uno tuvo que organizar un taller por su mismo (diciéndolo de otra manera: cada uno de nosotros fue obligado para vigilar a 10 participantes).

Seguramente os puedo recomendar los intercambios. No me imaginaba lo mucho que puedes aprender sobre tu mismo y los demás. Aparte de eso, es una pena no aprovechar esa oportunidad de viajar casi por gratis.

Martyna, intercambio de jóvenes en Suecia en el marco del proyecto – «BurnOut Lab»

Hablar en público era la barrera más grande que logró vencer…

Participar en el proyecto me dio mucha motivación y recuerdos inolvidables. Tuve la oportunidad de practicar yoga y meditación y sigo haciéndolo hasta ahora. Durante el proyecto conocí a mucha gente fantástica de varias nacionalidades y pude conocer sus culturas, costumbres o valores más profundamente. Hablar en público era la barrera más grande que logró vencer. Agradezco mucho la presencia de todos los empeñados en el proyecto. La cena cuando tomamos burrito fue una de las más graciosas del intercambio. Encontré una bolsa de té dentro de un burrito y casi la tragué. Recibí un gran apoyo por la parte de LEVEL UP.

Recomiendo los proyectos así porque se puede ampliar sus horizontes y ganar nuevas experiencias.

Mateusz, intercambio de jóvenes en Suecia en el marco del proyecto – «BurnOut Lab»

2 osoby kąpiące się w jeziorze

El porcentaje de las personas jóvenes que sufren el BurnOut fue una sorpresa para mí…

El intercambio fue una experiencia interesante para conocer nuevas culturas y diferentes modos para separarse del contemporáneo mundo exterior que nos agobia con tanta información. El porcentaje de las personas jóvenes que sufren el BurnOut fue una sorpresa para mí y me mostró lo importante que es discutir el tema entre los jóvenes porque usualmente no se les asocia con dicho problema. Los organizadores se preocupaban por los detalles más pequeños. Nos acogieron con las barras Kit-Kat con una citación curiosa, que habían escondido en nuestros dormitorios. Además, aprovechamos cada momentito de cada día a cenizas. Los platos fueron muy ricos y diversos. Agradezco mucho la posibilidad de visitar Suecia donde no estuve antes y de conocer a mucha gente interesante.

¡Claro que adoro los viajes así! A mis amigos les interesó tanto la temática del viaje como la posibilidad de viajar en el marco de Erasmus+.

Kinga, 24 años, intercambio de jóvenes en Suecia en el marco del proyecto – «BurnOut Lab»

Piękny widok z plaży na jezioro<br />

El tiempo en Floda fue mágico debido a que a través del método de mindfulness aprendimos como vivir «aquí y ahora»…

Ya hace un mes que volví de ese proyecto, pero solo es ahora cuando quiero compartir mis recuerdos. Me alegro de que haya esperado porque durante ese tiempo muchos otros pensamientos me ocurrieron y juntos con ellos, me siento incluso más agradecida. Al recordar todo lo que pasé, me sonrío y mi corazón se llena con alegría. Es increíble como solo una semana puede afectar a nuestra perspectiva a la vida, autoconsciencia e inspirarnos a seguir explorando los secretos de ese mundo.

El tiempo en Floda fue mágico debido a que a través de método de mindfulness aprendimos como vivir «aquí y ahora». El mindfulness se trata de enfocarse en respiro, cuerpo e naturaleza impresionante que te rodea. Hasta ahora me imagino las hermosas salidas y puestas de sol, tal y como las casas encantadoras al lado del lago (como lo describían las organizadoras – en medio de la nada, eso es lo que dio a ese lugar un sentido de unicidad). Gracias a lo que aprendí durante el intercambio, ahora puedo encontrar la paz interior, incluso en las situaciones estresantes.

La participación en el proyecto me dio muchos amigos nuevos.

Ahora ya tengo planes de encontrarse con ellos, tal en Polonia como en el extranjero, en los países de origen de mis amigos. Gracias a ese proyecto
aprendí a apreciar el presente y aumenté mi autoconsciencia. Después de volver, siento que sé como encontrar más paz. Siento que soy más consciente de mis emociones y, por lo tanto, de lo que hago.

Sin ninguna duda puedo decir que el tiempo en este intercambio fue uno de los mejores en mi vida. Estoy agradecida por la presencia de cada participante, fueron las personas de hermosas almas, abiertas a otra persona. Últimamente, nada me hace sentir mejor que volver a ver las fotos y los videos de ese proyecto. Estoy muy agradecida por ese tiempo, esos recuerdos y esa gente. Durante el viaje hice muchas cosas, que normalmente no haría, p. ej. bañarse en el lago helado. Durante el proyecto tuve oportunidad de pasar el tiempo en el ambiente internacional, haciendo varias actividades, como caminatas por el bosque con los ojos cerrados (para tener oportunidad de percibir con otros sentidos), paseos en kayak, una excursión a la tienda local (que también fue toda una expedición :D), jugar al bádminton o al voleibol durante las pausas para el café, al ritmo de las canciones nacionales de los participantes y mucho más.

Oí muchas palabras amables, que realmente fueron desde el fondo de corazón.

Fue una muy buena idea introducir «Secret Angles», porque todos podían cuidar de la otra persona y sentirse parte importante de
la hermosa experiencia que era el proyecto. Durante ese tiempo había muchas situaciones divertidas relacionadas con diferentes gustos culinarios.
Una de esas fue añadir el ketchup a pasta que hizo nuestro amigo de Turquía. Como se puede adivinar, a los italianos eso no les gustó a nada, que resultó en muchas risas durante la comida. En cuanto a la cocina – los deliciosos rollos de canela para el desayuno permanecerán por mucho tiempo en mis recuerdos.

Y para terminar – otra vez, muchas gracias por la oportunidad de poder participar en el proyecto. Nada será suficiente para explicar lo que siento. Solo quiero desear a LEVEL UP incluso más cooperaciones, como la con la organización de Suecia. ¡Gracias!

Intercambios de este tipo pueden cambiar mucho en cuanto a como ves el mundo. Te vuelves más abierto a otra persona y te deshaces de perjuicios. Lo primero que viene a la mente después de volver es el deseo de poder hacerlo otra vez – por eso, ¡lo recomiendo con todo mi corazón!

Natalia, 22 años, intercambio de jóvenes en Suecia en el marco del proyecto – «BurnOut Lab»

Dziewczyna na plaży

El entorno era especialmente propicio para el mindfulness, la meditación y la relajación: un hermoso lago, un bosque y la naturaleza, algo que echaba de menos todos los días cuando vivía en una gran ciudad…

El proyecto «BurnOut Lab» fue mi primer intercambio y ya sé que definitivamente no el último. El proyecto me aportó muchos conocimientos y experiencias valiosas, como aprender técnicas de mindfulness y meditación, ampliar mis conocimientos sobre el agotamiento, escuchar las experiencias de los demás y conocer nuevas culturas, costumbres y comidas.

El entorno era especialmente propicio para el mindfulness, la meditación y la relajación: un hermoso lago, un bosque y la naturaleza, algo que echaba de menos todos los días cuando vivía en una gran ciudad.

Antes de ir me preocupaba mucho por comunicarme solamente en inglés, porque no había tenido ninguna oportunidad de ser parte de un grupo tan grande y culturalmente diverso. Afortunadamente, mis dudas dispararon el primer día. Los participantes fueron increíblemente abiertos, amables y serviciales. La comunicación y la integración resultaron fáciles. Era la primera vez que me encontraba con la regla del «Bora bora» y me gustó mucho porque garantizaba que nadie se sintiera excluido de la conversación. No había ninguna incomodidad en comunicarse en otro idioma.
Tanto los recuerdos como los conocimientos adquiridos durante el proyecto por cierto permanecerán conmigo durante mucho tiempo.

Recomiendo muchísimo cada posibilidad de viajar en el marco del programa Erasmus+. Es una aventura como ninguna otra. Podemos obtener conocimientos y experiencias, descubrir nuevos lugares, culturas, sabores, conocer las personas

Weronika, 23 años, intercambio de jóvenes en Suecia en el marco del proyecto – «BurnOut Lab»

2 osoby kąpiące się w jeziorze

Fue el mejor viaje de mi vida…

Fue el mejor viaje de mi vida. Estoy muy agradecida por participar en ese intercambio. Allí viví mis mejores momentos. Conocí a muchas personas maravillosas, con quienes sigo manteniendo el contacto. Durante este viaje se forjaron amistades maravillosas y espero que duren muchos años. Lo más importante que obtuve de este proyecto fue un sentimiento interior y desbordante de felicidad, paz y amor, emociones que ni siquiera se pueden describir con palabras. ¿Qué aprendí? Que no se puede juzgar a alguien hasta que se lo conozca y habla con esta persona. Aprendí también algunas frases en turco.

Lo que me sorprendió fueron los rollos de canela, no sabía que tienen tan buena fama en Suecia. Las nubes suecas también son algo diferentes, como más agudas 😀

Las comidas eran muy sabrosas, aunque el cocinero utilizó un aceite extraño los primeros días, lo que me molestó. Aparte de eso, el resto estuvo bien. Todo el mundo era genial, sonriente todo el tiempo, muy amable, abierto, servicial. Los organizadores… como he mencionado antes, maravillosos, ambiciosos, amables, con muchas ideas, abiertos al debate, que no niegan tu opinión diferente. En las conversaciones cotidianas no se notaba la diferencia entre participantes y organizadores.
En cuanto al mayor obstáculo, creo que no he encontrado ninguno.

¿Por qué estoy agradecida? Creo que esta es una de las preguntas más fáciles y al mismo tiempo más difíciles, porque es el tipo de emociones que me resulta difícil describir.

De hecho, estoy agradecida por todo, incluido: conocer a tanta gente increíble y poder estar en un lugar precioso. Por el bosque, por el
lago helado en el que bañaba y que cruzaba en kayak. Por las preciosas salidas y puestas de sol, por la deliciosa comida y por el viaje a Gotemburgo. Por poder sentarme cerca de la ventanilla en el avión. Por todas las clases y talleres, por todos los juegos y actividades, por las veladas culturales.

Por todas las palabras amables que oí y leí, por todas las cartas y mensajes de los Secret Angels, por todos los paseos nocturnos por el bosque, por todas las conversaciones en los idiomas nativos, por mis estupendos compañeros de piso en la casita, por todas las sonrisas y guiños de ojos, por cantar y bailar muchas canciones populares de diferentes países, por jugar al bádminton, por muchas horas de conversaciones sinceras, por muchas bromas, por tomar café con una hermosa vista del lago, por el tiempo ventoso pero soleado.

Por muchas fotos y grabaciones, por muchas cosas que hice por primera vez. Por haber podido hacer este viaje con mi amiga y haber podido pasar este maravilloso tiempo juntas. Por la hoguera, por el tiempo libre entre las clases, por visitar el museo Volvo con gente maravillosa, por aprender sobre diferentes culturas e idiomas, por todas las invitaciones que recibí de gente de otros países, por todas las firmas en mi postal. Por poder ser el motivo de la sonrisa de alguien. Por todos los momentos de despreocupación y por haber podido olvidar mis problemas y el mundo entero durante este viaje.

Puedo decir que estaba en el cielo <3

Una de las situaciones más divertidas fue cuando estaba hablando inglés con otra persona y me dijeron «bora bora» (que significa – «por favor, habla inglés porque no entiendo tu idioma»), jaja. Recibí apoyo de Klaudia todo el tiempo, estuvimos en contacto permanente en todo momento.

PS ¡Me encantaría hacerlo todo otra vez!

¡Recomiendo esos tipos de viajes con toda mi corazón! Son los momentos más maravillosos y una gran oportunidad para conocer a gente increíble. Puedes escaparte de la realidad, olvidarte de todos los problemas, del trabajo, de los estudios…

Julia, 22 años, intercambio de jóvenes en Suecia en el marco del proyecto – «BurnOut Lab

Julia pokazująca kartke z podpisami.<br />