La cocina en Armenia fue sorprendente…
Armenia es un país exótico que no visitaría si no fuera por LEVEL UP. Durante el viaje conocí a la gente maravillosa, tanto de Polonia como de otros países que participaban en el proyecto. Durante el proyecto, aprendí cómo podía hacer mi vida más saludable implantando pequeños cambios.
Un viaje a un proyecto crea condiciones para el desarrollo. Nadie nos conoce y es más fácil probar unas cosas nuevas. En Armenia, pude desarrollar mi confianza gracias a las condiciones y me alegro mucho de que había aceptado ese desafío. Lo que aprendí en extranjero, traje conmigo a Polonia y lo introduje en mi vida. En Armenia me sorprendió la cocina. La comida es una parte importante de la cultura armenia, siempre es abundante y muy sabrosa. Para los más atrevidos, recomiendo probar platos tan exóticos como el rabo o la lengua; para las personas que prefieren comida menos loca, pan lavash y basturma.
Los armenios son muy acogedores y orgullosos de su cultura. Me sorprendió que cuando le di un regalo a alguien, inesperadamente obtuve algo a cambio. Armenia también tiene una naturaleza hermosa, aún intacta por el hombre. El ambiente en el país es indescriptible, se tiene que vivirlo. El momento que recuerdo es el adiós. Tuve que despedirme de esas personas extraordinarias con las que logré formar un buen equipo durante esos pocos días. Aunque cada uno de nosotros regresó a su país, todavía me mantengo en contacto con algunos de los participantes. Por supuesto, espero que nuestros caminos se vuelvan a encontrar.
Se dice que viajar educa. Después de un viaje internacional, puedo firmarlo con ambas manos. Da igual si queremos conocer al país diferente, mejorar nuestro inglés o conocer a la gente nueva… Sin duda, merece la pena embarcarse en esta extraordinaria aventura y volver a casa con una experiencia más rica.
Anastazja, 30 años, intercambio de jóvenes en Dilijan – «Healthy life via sport»
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Me sorprendió que la comunidad allí fuera tan abierta y atenta…
Gracias al intercambio en Armenia rompí la barrera del idioma. Conocí a mucha gente maravillosa con sus experiencias y aprendí mucho de ellos. Además, mejoré mis habilidades de trabajo en grupo. Tuvimos la oportunidad de aprender la sana rivalidad. Además, rompimos la barrera cultural. Jugábamos a los juegos de grupo con la comunidad local. Hablábamos sobre unos malos hábitos y la alimentación poco sana.
Me sorprendió que la comunidad allí fuera tan abierta y atenta. No se puede no mencionar los deliciosos manjares que tuvimos la oportunidad de probar, por ejemplo, tomates en escabeche y nueces negras. ¡Debes probar éstos!
Estoy agradecida por la oportunidad que me ofrecieron. Me encanta conocer a la gente y cultura nueva. Viajar es mi placer. Había una situación graciosa. Pescamos en la red con la comunidad local y tuvimos que correr por una plaza principal en Dilijan, riéndose y divirtiéndose. Nos miraron muchas personas de las que algunas se rieron con nosotros. !Fue un momento increíble! No nos importaba que no se conocíamos o no sabíamos el idioma, sólo nos divertimos.
Kamila, 24 años, intercambio de jóvenes en Dilijan – «Healthy life via sport»
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