Ese viaje inició una serie de cambios en mi vida…

El viaje a Hungría fue mi primer proyecto internacional. Inicialmente, estaba muy nerviosa, pero decidí experimentar el ambiente del proyecto así. No me arrepiento de esa decisión, ya que inició una serie de cambios positivos en mi vida. El proyecto se dedicó a los juegos tradicionales. Pasamos unos días al aire libre jugando esos juegos y averiguando cómo actualizarlos para que volvieran a ser atractivos. El juego más memorable es el juego en el que corrimos hacia el bosque y nos escapamos del otro equipo. Me divertí mucho corriendo y escondiéndome. Jugar juntos integra a las personas.

 

Conocí una gente maravillosa de España, Hungría y Turquía. También pude conocer mejor a nuestro equipo polaco. Los paricipantes de intercambios son maravillosos, curiosos y llenos de la energía positiva. Como no vivíamos en la capital, pudimos ver cómo vivían los húngaros fuera de las ciudades: parecía ser muy pacífico. Lo que más me sorprendió es que las cabinas telefónicas siguen siendo populares en Hungría. Solo los recuerdo de mi infancia, y después de levantar el receptor se escuchó una señal: ¡están operativos!

 

Tuvimos la oportunidad de probar salami húngaro y postres tradicionales. Una vez finalizado el proyecto, y antes de nuestra partida, logramos visitar el parlamento y el museo que conmemoraba el levantamiento húngaro de 1956 contra el comunismo. Me quedé en Hungría un día más y pude ver el Castillo Real de Budapest, viajar en el metro histórico y comer un lángos tradicional. Haciendo turismo en Budapest, me asombré de que no pude coversar en inglés con cada casi persona, pero sorprendentemente conseguí comunicarme usando algunos gestos.

 

El viaje a Hungría fue mi primer proyecto internacional, por lo cual tiene un lugar especial en mi corazón. El proyecto inició una serie de cambios positivos en mi vida, gracias a cuales estoy donde estoy. Recomiendo las viajes así a todos que quieren experimentar algo nuevo y fresco, pero también a los que tratan de ganar otra perspectiva de sus vidas.

 

Anastazja, 30 años, Formación deportiva en Pilisszántó – «Reinventing sport traditions (ReSport)» [ES: «Reinventando tradiciones deportivas (ReDeporte)»]

 

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