Los organizadores eran de verdad unos anfitriones italianos…

El viaje a Italia fue una experiencia valiosa que recordaré durante mucho tiempo. El tema del seminario fue relacionado con la metodología del trabajo con los jóvenes durante la pandemia y sus retos. Los organizadores (y también nosotros) no escondimos la actitud que participamos princípalmente porque queríamos divertirnos y aprovechar el sol. Quisimos beneficiarnos el tiempo que pasábamos entre amigos y conocidos.
Una ventaja principal fue seguramente la oportunidad de romper la barrera del idioma usando el inglés para comunicarse cada día.  Además, la posibilidad de conocer a la genta de diferenetes países, culturas y antescedentes también fue algo fantástico. La situación así exigía una mente abierta, gracias a que se podía ampliar los horizontes y enterarse de muchas cosas nuevas. Tuve oportunidad de integrar con la gente de varios países por primera vez. Conocí a unos portugueses, eslovacos, brasileños, letónes y rumanos.

El seminario tuvo lugar en Cagliari, una ciudad encantador, el capital de Cerdeña. Estaba ahí casi una semana. Me alegro de haber visitado una ciudad con mucha historia que empieza en los tiempos antiguos. Pude disfrutar unas vistas bellas y una cocina deliciosa.

Los organizadores eran de verdad los anfitriones italianos: trataron mostrarnos la diversidad del lugar donde nos habían invitado. Tuvimos la posibilidad de participar en una travesía que duraba todo el día, y también de experimentar una fiesta en la playa. Lo que es más, pudimos demostrar nuestras competencias vocales durante la noche de karaoke.

Un momento esencial, para que tuvimos que esperar un poco, fue ver a unos animales que son el símbolo de Cagliari: los flamencos de rosa y de piernas largas.

Todo el viaje fue una experiencia estupenda, ya que pasamos el tiempo como si hubiéramos sido en las vacaciones y además rompimos nuestras barreras en muchas situaciones. No me arrepiento de haber enfrentádome con ese desafío y haber aprovechado una ocasión que se había aparecido de repente, a pesar de que el viaje parecía muy estrsesante y poco segura.

Dominika, 24 años, el seminario de Cerdeña – «YouthRise»

Se puede decir que el seminario en Cagliari fue una etapa de cambios de actitud y cambios mentales…

Cuando pienso del seminario en Cagliari, la gente están en el primer lugar. Conocí ahí a numerosas personas fenomenales que quedarán en mi memoria por mucho tiempo. Creo que no aparecieron en mi vida casualmente. Me ayudaron a superar unas emociones relacionadas con un proceso de mi vida que consituía la crisis con respecto a mi edad. 😉 

Se puede decir que, para mí, el seminario en Cagliari fue una etapa de cambios de actitud y de renovación de mis pensamientos. Hablamos de unas cuestiones muy importantes para mí, por ejemplo: como sobrepasar la crisis con las situaciones duras que se provocaron con relación a la pandemia. La oportunidad de contar mis experiencias pandémicas y el hecho de que me enseñaron administrar un grupo y ser un líder bueno fueron las cosas que necesitaba en aquella etapa de mi desarrollo.

Además, el viaje fue llena de una energía positiva y una comida rica. Fue una salida a un reino del sol y felicidad, donde nadie se daba prisa y todos aprovechaban un momento.

Cerdeña es una isla de pueblos encantadores y playas arenosas. Es un paraíso para los fans de pizza y la copa de Negroni. Recomiendo mucho elegir una localización como ésta para cada proyecto. Si tenemos que estudiar, a lo mejor lo podemos hacer en un paraíso. 😉

¿Qué fue la cosa más memorable? Tal vez nuestra última salida a karaoke. Estuvimos muy tristes, ya que ésa fue nuestra última noche. No nos importaba que habíamos conocido a algunos participantes por unos días. Decidimos pasar la noche como no hubiera sido mañana. Todos, con unas sonrisas en las caras, mostramos nuestra falta del talento vocal. Cantamos muy mal casi cada canción, e incluso tratamos de cantar en unas idiomas extranjeras. A pesar de ser unos cantantes insoportables, seguimos cantando porque estuvimos juntos. Por una sensación de unidad en la diversidad, por formar una parte del grupo de gente que había conocido, ahora, me siento como aquella situación tuvo lugar anoche.

Kamila, 25 años, el seminario en Cerdeña – «YouthRise»

 

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