Estoy muy agradecida por la gente que conocí allí…

Mi objetivo, durante mucho tiempo, ha sido crear un proyecto educativo fuera de Europa. Trabajando en este proyecto, queríamos ir un poco más allá de la zona de confort europeo. Queríamos ir a un lugar donde pudiéramos aprender algo nuevo de personas cuyas vidas estaban marcadas por una cultura o religión diferente, que desafortunadamente a menudo se considera agresiva y malvada en Europa.
El intercambio en Egipto fue una interesante experiencia educativa, cultural y lingüística. Vivimos en una isla en el Nilo. En ese punto el río era tan ancho que parecía más un mar. El sur de Egipto es un lugar donde la cultura nubia se estaba desarrollando de forma muy dinámica. Por lo tanto, fue imprescindible visitar un pueblo nubio y aprender cómo funcionaba la población hace 7000 años. También tuvimos la oportunidad de admirar las tumbas antiguas por dentro y ver las cuevas que fueron habitadas hace muchos años.
Muy a menudo, durante tales intercambios, los jóvenes aprenden los idiomas nacionales de los demás. Por lo tanto, hay muchas risas y diversión al mismo tiempo. Lo que es definitivamente valioso en intercambios así, es que rompemos todas las estúpidas barreras sociales. Nos integramos y jugamos juntos, sin importar nuestro origen, religión u opiniones políticas. En un grupo, luchamos por la unidad y nos apoyamos unos a otros. No nos preocupamos por el nivel de competencias sociales o del inglés.
El juego más memorable para mí fue el juego de excluir a ciertos individuos de la sociedad debido a sus diferencias. El facilitador nos pegó diferentes formas y colores en la frente y nos pidió que encontráramos nuestros grupos sin hablar. Algunas personas no encontraron sus colores o grupos, representando a esos grupos que solemos marginar como la sociedad.
Estoy muy agradecida por las personas que conocí durante ese intercambio. Agradezco su apertura y alegría, ya que compartimos la bondad, emociones positivas y cultura.
Me guío por el principio de que hay que vivir y no sentar en la sala de espera. Por lo tanto, vale la pena tomar una mochila e ir a un proyecto de este tipo. Es una aventura, o una viaje, educativa y emocional. Cada minuto desde el momento de la salida de la casa puede enseñarte algo nuevo. Puedes conocer esos rincones del mundo a los que normalmente no pensarías ir. Vale la pena romper tus barreras imaginarias y salir a la carretera. Erasmus+ es para todos, sea cual sea tu situación social, financiera, sexo u origen. Vale la pena abrirse y simplemente coger estas oportunidades.

Justyna, 28 años, intercambio de jóvenes en Asuán – «Back to 7000 BC»

Gracias a los intercambios así entiendes la diversidad de nuestro mundo…

Fue mi primer intercambio de jóvenes. En primer lugar, la comunión con diferentes culturas amplió mis horizontes y me hizo más abierto. Este intercambio rompió mis barreras de comunicación con la gente y me hizo más sociable. El nivel de mi conciencia cultural ha aumentado significativamente debido al programa de intercambio y la comunicación con personas de varias culturas que no había conocido antes. Había tenido una opinión estereotípica del Islam, pero gracias al intercambio aprendí mucho sobre esta religión. Por eso, ahora entiendo que estos estereotipos estaban equivocados. También estoy muy agradecido a nuestro anfitrión por las clases de autoidentificación. El tema dio impulso a mi autoconocimiento personal. Este intercambio permanecerá en mi memoria para siempre. Además, es difícil transmitir todas las emociones de la vida en una isla en medio del Nilo. Fue inolvidable comenzar el día con un desayuno con vistas al río donde nació una de las civilizaciones más antiguas de la humanidad. Durante las pausas para tomar algún café, admiré un pueblo nubio ubicado en la orilla o miré un antiguo templo situado en la isla opuesta. Sin embargo, para mí fue especialmente importante conocer a la gente de una cultura nueva. Afortunanadamente, esas personas estaban interesadas en comunicarse conmigo como yo, con ellos. Éramos diferentes el uno al otro, pero al mismo tiempo, muy similares. Me alegro de que, ahora, tengo amigos de países que me habían parecido tan distantes. Tales proyectos unen a las personas y las amplian los horizontes. Recordaré esta experiencia para siempre. Todos deberían experimentarlo, porque lo cambia tu perspectiva. Gracias a los intercambios así, entiendes la diversidad del mundo y, lo que es más importante, estos viajes te ofrecen la oportunidad de conocerlo mejor.

Denis, 22 años, intercambio de jóvenes en Asuán – «Back to 7000 BC»

Asuán es un centro de la cultura nubia y un lugar hermoso. Fue un viaje increíble…

El intercambio fue una experiencia increíble. Siendo honesta, no estaba segura de qué esperar al principio. Sin embargo, después de las primeras horas en Asúan, supe que el viaje era una buena decisión. Aprendí mucho sobre el diálogo intercultural, lo cuál aproveché trabajando en un grupo compartido con las personas de diversos orígenes. Conocí a los jóvenes inspiradores, con quienes sacamos la máxima experiencia de esos pocos días que pasamos juntos. Me gustaron mucho los talleres y proyectos, pero también, quedé muy impresionada con el lugar del intercambio. Asuán es un centro de la cultura nubia y un lugar hermoso. Fue un viaje increíble. Además, cuando pienso en tentempiés en las tiendas por 0,50 ezlotys, todavía tengo una lágrima en el ojo. Agradezco mucho el hecho de que, junto con los otros participantes del proyecto, creamos un espacio seguro para hablar libremente. Me alegro de que tuve la posibilidad de conocer a los pensamientos de la gente criada en una cultura totalmente diferente a comparación con la mía. Si quieres abrirte al mundo, aprender algo nuevo, o tal vez, ampliar tus horizontes y ganar la experiencia que será muy útil para tu futuro trabajo, apúntate a unos proyectos.

Olga, 21 años, intercambio de jóvenes en Asuán – «Back to 7000 BC»

El lugar donde vivimos fue impresionante…

El intercambio en Egipto fue mi primera vez con los intercambios juveniles. Volando al Egipto, no estaba seguro si participar en el intercambio había sido una buena idea. Sin embargo, el primer día me aseguró que sí. Gracias al proyecto, conocí a mucha gente, entre quienes estaban los de unos países y culturas diferentes. Trabajamos en un ambiente muy agradable y amistoso, así que me volví del Egipto sólo con unas memorias cordiales. El tema del proyecto fue el diálogo intercultural y por eso me aprendí mucho sobre las culturas árabes. El lugar donde vivimos era especialmente impresionante. Cada día pasamos el tiempo mirando al Nil o un templo en Asúan, que eran unas vistas fantásticas. En Asúan vi a unos templos y unas casas donde la gente vivió hace cien años. Además, observé la vida árabe moderna que, a veces, es muy diferente de lo que me había acostumbrado. Quiero contar un poco sobre una barrera del idioma. A pesar de haber partcipado en unas clases de inglés en LEVEL UP, estaba asustado de que no hubiera podido comunicarme bien. Resultó que la mayoría de los participantes no sabía inglés perfectamente. Además, todos fueron comprensivos hacia los que tuvieron algunas dificultades con el inglés. Ese intercambio fue una experiencia maravillosa. Me gustaría participar en el otro programa organizado por LEVEL UP. Recomiendo los proyectos así a todos los miembros de la Asociación.

Denil, 19 años, intercambio de jóvenes en Asuán – «Back to 7000 BC»